El Perú enfrenta una situación alarmante de crisis alimentaria, así se dio a conocer en el último informe del Índice Global de Hambre (IGH) 2024, donde diez regiones del país fueron catalogadas en situación de hambre “grave”.
El puntaje registrado este año fue de 19.6, manteniéndose entre los niveles más altos de los últimos 15 años y sin mostrar mejoras significativas en comparación con el año anterior, en el que se obtuvo la misma puntuación. Esta situación afecta principalmente a las regiones más vulnerables del país, reflejando las dificultades para garantizar la seguridad alimentaria y poniendo en evidencia las desigualdades sociales y económicas.
Hambre en las regiones
Según el informe del IGH 2024, las regiones rurales presentan mayor índice de pobreza extrema, lo cual se refleja en su acceso limitado a alimentos. Por otro lado, en zonas urbanas, la inflación y desempleo son causas principales de la inseguridad alimentaria.
De acuerdo con los resultados, el nivel de hambre se mide por escalas, en el Perú diez regiones se encuentran en una escala grave, trece regiones con una escala moderada y dos regiones con una escala baja de hambre.
Entre las regiones que se encuentran en con nivel de hambre “grave” se encuentran Apurímac con 32.8 puntos, Huancavelica con 29, Ayacucho con 27.7, Loreto con 26.8, Huánuco con 26, Puno con 24.5, Ucayali con 22.7, Junín con 21.5, Cusco con 20.3 y Pasco con 20 puntos.
Estas regiones presentan altos porcentajes de hogares con inseguridad alimentaria grave. El IGH 2024 se basó en cuatro indicadores: la subalimentación, crecimiento infantil, desnutrición y mortalidad infantil. Se estima que 11.5 millones de peruanos no puedan permitirse una dieta saludable, lo que afecta particularmente a las zonas de difícil acceso como la sierra central y la Amazonía, donde la inseguridad alimentaria es más grave a comparación de otras zonas del país.
Factores de la crisis alimentaria
El problema del hambre en el Perú se debe a diferentes factores estructurales y coyunturales. Entre los principales se encuentran la crisis económica, caracterizada por la recesión e inflación que disminuyó el poder adquisitivo de las familias. Por otro lado, la inestabilidad política que afecto la implementación de políticas públicas, lo que hizo que, a pesar a los esfuerzos por combatir la inseguridad alimentaria, los resultados no fueran los esperados.
Según el vocero de la ONG Acción contra el hambre, Miguel Huamán, las políticas actuales son insuficientes para poder mitigar la crisis de hambre que viven las regiones: “La inseguridad alimentaria en el Perú ya alcanzó niveles críticos. Esto no solo es un problema en la producción de alimentos, sino de acceso económicos a esto.”
Recomendaciones IGH 2024
En el informe se sugieren diversas medidas para enfrentar la crisis. Entre ellas se encuentran el fortalecimiento de programas de nutrición infantil, la inversión en la agricultura local y la implementación de políticas públicas inclusivas. Además, el IGH hace un llamado a la colaboración entre el gobierno, el sector privado y las organizaciones para poder abordar esta crisis de manera efectiva y evitar el avance de la inseguridad alimentaria en el país.
Por su parte, el Sociólogo Glen Pérez considera que la lucha contra el hambre no solo se enfrenta con problemas económicos, sino también con barreras sociales y estructurales, como la desigualdad social y la pobreza. Las zonas más pobres son las que más problemas sufren, debido al acceso limitado a los recursos básicos y servicios de salud. “La desigualdad social y el tema económico es clave. No es una casualidad que en nuestro país haya una crisis de seguridad alimentaria. El tema de la desigualdad social totalmente influye; si no, ¿cómo podríamos explicarnos que cuatro de cada diez niños menores de tres años sufran de anemia. Es básicamente por el tema económico, por el tema de la desigualdad social. Mientras haya estas brechas en nuestro país, la crisis de hambre podría empeorar en el Perú.”
Tres Cumbres: “Hambre Cero”
A pesar de las tres cumbres realizadas desde el 2023, el Índice Global del Hambre muestra que el Perú enfrenta una alarmante crisis alimentaria. Estas cumbres buscan promover la reflexión entre los gobernadores regionales para implementar políticas públicas orientadas a erradicar la pobreza, combatir el hambre y la desnutrición infantil, con el fin de alcanzar la seguridad alimentaria en el país.
Sin embargo, las regiones con puntajes superiores a 20 en el IGH luchan contra los altos niveles de desnutrición y pobreza extrema, lo que refleja que, pese a los esfuerzos, la situación no ha mejorado.
Por: Yudith Perez