Fue el 13 de junio del 2022, en Doha. La selección peruana enfrentaba a Australia en el repechaje rumbo al Mundial de Qatar. Un partido intenso, cerrado, que se definió por penales. Perú se quedó a un paso del sueño. Las lágrimas y la desazón marcaron el final de la era más exitosa del fútbol peruano en los últimos años.
Tras aquella eliminación, comenzó un nuevo proceso con miras al Mundial 2026. Sin embargo; el camino estuvo marcado por la inestabilidad. En tres años, la selección tuvo tres entrenadores distintos, cada uno con sus propios desafíos.

Juan Reynoso asumió la dirección técnica al inicio de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026. Su misión era clara: Renovar el plantel y dar un nuevo aire a la selección. Dirigió 14 partidos oficiales, pero los resultados no lo acompañaron. En las primeras seis fechas de Eliminatorias, los puntos obtenidos fueron escasos, lo que generó críticas y cuestionamientos.
El propio Reynoso reconoció haber hecho “pocos puntos” y asumió parte de la responsabilidad por el bajo rendimiento del equipo. Entre las dificultades se destacó el trabajo con futbolistas repartidos por el mundo, con calendarios apretados y poco tiempo de preparación. Pese a su crecimiento profesional, los resultados no cumplieron las expectativas y su ciclo terminó a fines de 2023.
Jorge Fossati: la búsqueda de identidad perdida
Tras la salida de Reynoso, Jorge Fossati fue designado con la misión de mejorar el rendimiento en las Eliminatorias. Sin embargo; su etapa tampoco logró consolidar al equipo.
Durante su gestión, Perú consiguió solo una victoria en Eliminatorias, quedando en el último lugar de la tabla. En la Copa América 2024, la selección tuvo una actuación discreta: sin victorias y con eliminación anticipada.
Las críticas se centraron en la falta de una identidad de juego y la imposibilidad de revertir el mal momento heredado. Aunque Fossati destacó algunos aspectos “rescatables”, su ciclo terminó en enero de 2025 con la etiqueta de fracaso deportivo.
Óscar Ibáñez: el interinato del cierre
En febrero de 2025, Óscar Ibáñez asumió de forma interina para dirigir los partidos finales de las Eliminatorias. Expreparador de arqueros en las eras Markarián y Gareca, Ibáñez dirigió seis partidos, logrando una victoria, dos empates y tres derrotas, sumando cinco puntos de dieciocho posibles.
Si bien no logró revertir la situación clasificatoria, se notó una leve mejora en la posesión y en la confianza del plantel. Tras finalizar su contrato, la Federación Peruana de Fútbol confirmó su salida.
Un nuevo comienzo: los candidatos para la era 2030
Con el cierre del ciclo 2026, el debate se reabre:
¿Quién debe ser el nuevo director técnico de la selección peruana?
Entre los nombres que suenan destacan entrenadores de renombre internacional y otros con amplio conocimiento del medio local:
José Néstor Pékerman

El experimentado técnico argentino es reconocido por su éxito con selecciones juveniles y mayores. Con Argentina Sub-20 ganó varios títulos, y con Colombia logró clasificar al Mundial 2014, alcanzando los cuartos de final. Su estilo es ordenado, disciplinado y orientado al trabajo con jóvenes talentos.
Entre sus fortalezas están su experiencia en procesos a mediano plazo y su conocimiento del fútbol sudamericano. Sin embargo, su edad y la necesidad de adaptarse al contexto peruano podrían ser retos importantes.
Marcelo Gallardo
Ídolo de River Plate y uno de los entrenadores más respetados de Sudamérica. Su estilo de juego prioriza la posesión, la presión alta y el fútbol ofensivo.
Es un técnico moderno, con gran manejo de grupo y capacidad para potenciar jugadores jóvenes. Su principal desafío sería adaptarse al formato de selección, donde el tiempo de trabajo es limitado. Aún no ha dirigido combinados nacionales, lo que representa una incógnita.
Ricardo Gareca
El “Tigre” es sinónimo de la época dorada reciente del fútbol peruano. Con él, Perú volvió a un Mundial después de 36 años y recuperó la ilusión de una generación entera.
Su estilo equilibrado y su capacidad para generar unión y motivación lo convierten en un candidato natural. Sin embargo, el desafío estaría en renovar su propuesta táctica y evitar el desgaste que suele acompañar a los regresos.
Miguel Ángel Comizzo
Con amplio conocimiento del fútbol peruano, Comizzo ha dirigido a clubes locales y conoce el entorno competitivo del país. Apuesta por un fútbol ofensivo y de posesión controlada, aunque su experiencia internacional es limitada. Su ventaja es la adaptación al medio local; su reto, demostrar capacidad frente a rivales de jerarquía continental.
Néstor “Pipo” Gorosito
Técnico con extensa trayectoria en Sudamérica, actualmente vinculado a un club peruano. Posee flexibilidad táctica y buena gestión de vestuario, cualidades que podrían ser útiles en un entorno de selección.No obstante, su falta de experiencia en combinados nacionales y la irregularidad de sus últimos resultados generan dudas.
Gustavo Álvarez
Campeón reciente del fútbol chileno y con pasado exitoso en Perú, representa una opción moderna y renovadora. Apuesta por la intensidad y la adaptación táctica. Su juventud es su mayor virtud, pero también su mayor reto: no ha dirigido una selección nacional. Pese a ello, su conocimiento del medio y sus éxitos recientes lo colocan como un candidato en ascenso.
Entre la nostalgia y el futuro
El camino hacia el Mundial 2030 marca una nueva oportunidad para el fútbol peruano.
Entre la nostalgia del pasado y la ilusión del futuro, la selección busca reencontrar su identidad, volver a competir de igual a igual en Sudamérica y recuperar el sueño que quedó pendiente en Qatar.
De: Diego Mamani







