En el auditorio de la Universidad Nacional de Música (UNM) se vivió una velada musical que recorrió siglos de historia sonora con una propuesta fresca y expresiva. El recital, liderado por el trompetista Sergio Maquén junto al pianista Xavier Aizpurúa, combinó obras clásicas con elementos modernos. Como broche final, una innovadora adaptación electrónica, creada junto al especialista en tecnología musical, Camilo Uriarte, brindó un cierre inesperado y envolvente.

El recital comenzó con una interpretación de Marcel Bitsch (1921–2011), con la pieza titulada Quatre Variations sur un Thème de Scarlatti. Aunque inspirada en una obra del siglo XVII, esta versión demuestra habilidades técnicas propias del siglo XX. La pieza fusiona técnica y musicalidad, incorporando ritmos latinoamericanos, armonías de jazz y exigencias propias del virtuosismo clásico. Se destaca por su riqueza estilística y por ser un referente en el repertorio académico para trompeta y piano.

La siguiente obra fue del compositor veneciano Tomaso Albinoni (1671–1751), titulada Oboe Concerto Op. 9 n.º 2 en re menor. Esta pieza se distingue por su expresividad melódica y claridad formal, convirtiéndose en un pilar del repertorio barroco para oboe y en un ejemplo del equilibrio entre emoción y técnica en la música instrumental del período.

Luego, se interpretó la obra Someone to Watch Over Me, compuesta por George Gershwin (1898–1937), que destaca por su estructura melódica poco convencional, con frases de nueve compases que generan una sensación de anhelo y vulnerabilidad. Aunque originalmente fue concebida como una canción animada para teatro, su transformación en balada jazzística permitió explorar su complejidad técnica, consolidándola como una joya del repertorio del siglo XX.

Como pieza final, el trompetista Maquén y el sonidista Uriarte presentaron una versión basada en la canción Jehová los llamará, con el objetivo de brindar una experiencia más vívida y despertar los sentidos. Uriarte comenta: “Es una reducción y un arreglo electrónico, donde sintetizamos y grabamos, explorando el instrumento para sumarle herramientas y colores utilizados en la música electrónica”.

Este recital tuvo como objetivo transmitir emociones a través de un repertorio variado y extenso. Los protagonistas compartieron un mensaje dirigido a quienes sienten atracción por la música o desean apoyar a los artistas. Uriarte comentó: “Es importante tener la música en la vida, porque es un aspecto que se conecta con el espíritu y lo emocional”. Maquén añadió: “Estudiar música en algún punto deja de ser un hobby y se convierte en una responsabilidad”.

Por: Jean Cieza

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí