En Perú, los mercados tradicionales continúan siendo una opción clave para muchas familias, destacando por sus precios accesibles y productos frescos. Su proximidad a los hogares y el trato directo con los vendedores fomentan confianza y un vínculo comunitario difícil de replicar. Además, permiten a los consumidores adquirir productos en cantidades exactas, beneficiando a quienes buscan ahorro y flexibilidad.
Por otro lado, supermercados como Tottus o Plaza Vea resaltan ofreciendo comodidad y variedad. Su ambiente moderno, mayor organización y oferta que abarca desde alimentos hasta tecnología atraen a quienes priorizan la practicidad. Las promociones y métodos de pago modernos fortalecen su atractivo para quienes buscan una experiencia rápida y eficiente.
La elección entre ambas opciones responde a las prioridades de cada consumidor, equilibrando economía, conveniencia o tradición. Esta dualidad refleja cómo el país combina lo moderno con lo tradicional, adaptándose a diversas necesidades.
Por: Zoila Tito y Cristina Verde