Desde los inicios del cristianismo, el arte ha representado el nacimiento de Jesús, simbolizando la fe de los creyentes. Sin embargo, fue San Francisco de Asís quien popularizó la tradición en 1223 al recrear por primera vez un pesebre viviente en Greccio, Italia. Desde entonces, los franciscanos llevaron esta costumbre por todo el mundo, adaptándola a diferentes culturas.
En Lima, esta tradición se mantiene viva y es parte esencial de la Navidad. Uno de los nacimientos más grandes y visitados se encuentra en la iglesia La Merced, en Jirón de la Unión, a pocas cuadras de la Plaza de Armas. Con más de 500 piezas, este pesebre gratuito combina detalles religiosos con escenas de la cultura peruana, y puede visitarse todos los días en distintos horarios.
Por otro lado, la Plaza de Armas alberga cada año un nacimiento emblemático que destaca por su tamaño y detalles, fusionando la escena bíblica con paisajes andinos y figuras de llamas y alpacas, en un claro reflejo de la identidad peruana.
Así, Lima celebra la Navidad con nacimientos que no solo recuerdan el mensaje de amor y esperanza, sino que también son un símbolo de unión, cultura y tradición que perdura en el tiempo.
Por: Pierina Rodriguez