Soporte emocional. Quienes son tartamudos pueden experimentar problemas de autoestima, por ello es importante el acompañamiento familiar y profesional. Foto: Andina

Por: Jhoana Baltazar

El tartamudeo es un trastorno común del habla que afecta a la población infantil y, de no tratarse a tiempo, podría perjudicar la calidad de vida y autoestima del adulto que lo padece. Se caracteriza por una interrupción o falta de fluidez en el lenguaje. La persona tartamuda sufre trabas involuntarias al hablar, prolonga y repite sonidos, sílabas o palabras, asimismo sufre bloqueos mientras charla con alguien.

De acuerdo a la Fundación Americana de la Tartamudez, el 5% de los niños atraviesa un período de “balbuceos” entre seis meses de duración o un poco más. Y tres de cada cuatro niños que empiezan a tartamudear recuperan la fluidez antes de llegar a la adolescencia; no obstante, queda un 1% de la población con un problema crónico.

En Perú, la alteración del habla resulta normal entre los 2 y 5 años de edad, puesto que durante ese lapso el menor está en proceso de aprender el idioma natal. Sin embargo, el Ministerio de Salud afirma que, si la dificultad para hablar persiste durante más de tres meses y existen antecedentes familiares, es recomendable y fundamental llevar al pequeño ante un especialista para manejar esta condición, ya que es necesario medir y evaluar la severidad de la tartamudez antes, durante y después de cualquier proceso terapéutico, explica el Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad (Conadis).

El Minsa tiene registro de que el trastorno se presenta frecuentemente en niños de 6 a 7 años y que existe una susceptibilidad familiar a la tartamudez, la cual afecta más a niños que a niñas (en relación de 4 a 1), es decir, según algunos expertos un factor causal es el papel hereditario. También puede ocurrir por factores psicológicos (conflictos y situaciones emocionales) y trastornos lingüísticos (desconocimiento de ciertas palabras).

Actualmente, hay centros como el Instituto Nacional de Rehabilitación y el Hospital Almenara donde ofrecen novedosas terapias del lenguaje para niños y adultos con tartamudez que los ayudará a mejorar sus capacidades de comunicación. El objetivo es enseñarle al paciente a dominar un patrón respiratorio adecuado, usar técnicas de relajación corporal y corregir problemas lingüísticos que mejore la fluidez al hablar.

En nuestro país aún no se tiene registro certero sobre personas con tartamudez y, a raíz de ello, las campañas o actividades nacionales casi nunca van dirigidas a este público. Por ese motivo nace la Asociación Peruana de Tartamudez (APT) que, a través de sus redes sociales impulsan talleres empoderantes dirigidos no solo a personas que padecen de la condición, sino también a padres de familia con niños con tartamudez para brindarles mayor información y apoyo emocional.

Diario La Otra Cara conversó con Nico Palomino, vicepresidente de la APT para conocer acerca del espacio alternativo y seguro que brindan para personas con la condición.

¿Cómo y por qué surge la asociación?

Hace más de 15 años, surgieron reuniones de un grupo de amigos por el Centro de Lima cada quince días o una vez al mes para conversar sobre sus experiencias y dificultades que pasaban. Poco a poco, de ese grupo de amigos se formó la Asociación Peruana de Tartamudez que surgió para ayudar a las personas, especialmente a aquellas que no tienen mucho acceso a la información, charlas o talleres y así poder cubrir esa necesidad. Hoy por hoy, la Asociación se encamina a su 5to año de formalidad porque está inscrita en registros públicos y nuestro objetivo es seguir ayudando mediante la creación de sedes en todo el Perú. Actualmente ya tenemos una en Arequipa, Tacna, Lima y, próximamente, Cusco.

La tartamudez normalmente comienza a temprana edad, en ese sentido y como persona que padece de la condición ¿qué le diría a su niño interior cuando fue consciente de su tartamudez?

Le pediría que mantenga la calma, que entienda que lo que pasa no es algo malo y, que a pesar de que algunos se puedan burlar o reír no debe sentirse avergonzado porque él es capaz de hacer muchas otras cosas como los demás chicos. Le explicaría que el tartamudeo no lo hace menos que nadie, que tiene que ser fuerte y debe seguir confiando en sus amigos y familia porque eso le dará aún más fuerza.

 Así como hay niños con la condición, los adultos también son un público afectado, de ese modo ¿Cuál es el mensaje fuerza de la asociación para con las personas adultas que tartamudean?

Nos dirigimos al público en general que tartamudea para recordarles que no están solos, que en situaciones difíciles pueden contar con nosotros. Así también, recalcarles que podemos ser buenos comunicadores, que podemos superar ese complejo de la tartamudez y estar satisfechos con nuestra comunicación. Hay que aceptarnos, querernos y abrazar nuestra diferencia porque si no lo hacemos primero nosotros, nadie lo va a hacer.

Como asociación ¿Qué mensaje quieren darle a una sociedad que desconoce, ignora o se burla de una condición como la tartamudez?

 Nuestro mensaje para aquellos que no tartamudean es que entiendan que la diversidad, es decir, lo diferente no debe ser rechazado o burlado, sino debe ser incluido, respetado y tolerado; no porque les cause pena [la condición], sino por el simple hecho de que también somos personas. También recalcarles que hay que continuar informándonos acerca de lo que es la tartamudez y todas las otras condiciones para tener una sociedad mejor porque podemos estar mejor.

 Nico Palomino mencionó que uno de los retos proyectados de la Asociación para este año es crear su propia página web para que los demás puedan informarse mejor y que las actividades programadas tengan mayor alcance. También planean continuar con charlas y talleres como el de apoyo socioemocional, exposición y lectura (ambos gratuitos) y, por último, el taller de fluidez y discurso que sí tiene un costo de 60 soles por un año.

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