
En el Perú, el acceso equitativo al agua se ha vuelto un reto crítico tanto en las ciudades como en el campo. La crisis hídrica no solo es consecuencia del cambio climático, sino también de la deficiente infraestructura, la desigual distribución del recurso y la falta de políticas efectivas. Lima, por ejemplo, concentra el 30% de la población del país, pero depende de tres cuencas frágiles y enfrenta pérdidas de agua potable de hasta el 34%, según la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass, 2023).
En contraste, más del 26% de la población rural no accede a agua potable de manera segura, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2023). Estas comunidades suelen abastecerse de ríos o manantiales contaminados, lo que genera graves problemas de salud pública.
La ingeniera ambiental, Ana Lucía Fernández, especialista en gestión hídrica, advierte que “sin una reforma estructural en la forma como se gestiona el agua en el país, el acceso seguro seguirá siendo un privilegio, no un derecho universal”.
A continuación, una infografía que resume las causas, impactos y posibles soluciones frente a esta problemática.
Por: Valia Baldeon
