
La más reciente resolución contra Laive sacudió el ámbito empresarial y mediático. El organismo determinó que su producto «Queso Fresco Artesanal Laive» fue promocionado como “artesanal” cuando en realidad proviene de un proceso industrial, lo que configuró un acto de competencia desleal en la modalidad de engaño. Como consecuencia, Indecopi impuso una multa de 20 UIT y ordenó el cese inmediato de la publicidad engañosa mientras no se acredite la condición artesanal.
Por su parte, Indecopi se ha consolidado como un actor clave del sistema regulatorio peruano. Concebida para defender los derechos del consumidor, proteger la competencia y la propiedad intelectual, la institución opera con independencia técnica y ha sido considerada una de las entidades públicas menos sometidas al vaivén político. Su actuación frente a grandes empresas ha ubicado sus decisiones en el centro del debate público, tanto por su rigor como por posibles tensiones con el sector privado.
Las sanciones
El organismo ha ejercido su potestad sancionadora en un contexto de mercados concentrados y campañas comerciales cada vez más sofisticadas. Indecopi no solo multa: Investiga, contrasta pruebas técnicas y busca reparar el desequilibrio entre grandes marcas y consumidores. Esa actuación, en ocasiones rígida para los intereses corporativos, ha servido también para crear precedentes sobre qué puede decirse —y qué no— en un envase o en una cuña publicitaria.
Desde Diario La Otra Cara presentamos una línea de tiempo con las decisiones más relevantes de 2025 que han marcado el tono de la fiscalización: Cada resolución permite ver no solo la variedad de infracciones sino también la estrategia de Indecopi para ordenar conductas en sectores tan diversos como alimentos, telecomunicaciones, transportes, entre otros.
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¿El buen ejemplo?
En un país donde la desconfianza hacia las instituciones es casi estructural, Indecopi se mantiene como una de las entidades con mayor nivel de aprobación. Su imagen de neutralidad técnica y su constancia en la aplicación de sanciones le han permitido posicionarse como un contrapeso necesario frente a la arbitrariedad empresarial.
Sin embargo, la pregunta sigue abierta: ¿Basta con sancionar para generar cambios reales? La eficacia de Indecopi dependerá no solo de sus multas, sino también de su capacidad para prevenir infracciones, promover la educación del consumidor y garantizar que sus decisiones sean comprendidas como actos de justicia, no de castigo. En un contexto donde la frontera entre la regulación y la presión política es cada vez más delgada, su buen ejemplo podría convertirse —si no se sostiene— en su mayor riesgo.
Por: Rodrigo Huertas






