Estados Unidos ha desplegado el portaaviones nuclear USS Gerald R. Ford, su buque más grande, junto con un grupo de ataque, hacia el Caribe cerca de Venezuela. El Pentágono afirma que la misión refuerza su campaña antidrogas, pero el gobierno venezolano lo interpreta como una maniobra agresiva que podría desatar una escalada militar.
El Departamento de Defensa envió buques de guerra, con más de 5,000 marinos y decenas de aeronaves embarcadas. Mientras que en Venezuela, las Fuerzas Armadas activaron planes de vigilancia aérea y naval, y se intensificaron los patrullajes cerca de las zonas costeras. El gobierno venezolano sostiene que la presencia del portaaviones podría provocar incidentes no deseados, especialmente en un contexto de relaciones diplomáticas deterioradas.
Diversos analistas consideran que la maniobra también responde a un reacomodo geopolítico más amplio. En los últimos años, Venezuela ha fortalecido vínculos con Rusia, Irán y China, países con presencia creciente en América Latina. Para expertos del ámbito de defensa, este despliegue de Estados Unidos sería un mensaje estratégico que busca reafirmar su influencia en el hemisferio occidental.
Mientras tanto, organizaciones regionales han expresado preocupación por un posible aumento de tensiones militares en el Caribe. Sectores diplomáticos piden que ambos gobiernos prioricen canales de diálogo, señalando que cualquier error de cálculo podría escalar rápidamente debido al tamaño del dispositivo militar movilizado
Según el politólogo Daniel Jurado, la movilización del portaaviones estadounidense debe interpretarse como una señal política más que como un movimiento bélico. Además que, aunque la operación apunta a reforzar el control marítimo, la región enfrenta el riesgo de una escalada accidental, especialmente si el gobierno de Maduro interpreta la maniobra como una amenaza directa.
La llegada del portaaviones más grande de la flota estadounidense al Caribe marca un punto de máxima tensión con Venezuela. La comunidad internacional observa con atención, ya que el ritmo y la naturaleza del despliegue podrían definir la estabilidad de la región en los próximos meses.
Por:Diego Chavez
