
A propósito de la reciente Ley HB 915 aprobada en Florida, que busca frenar el fraude migratorio al prohibir que los notarios públicos se hagan pasar por asesores legales, entrevistamos a César Vásquez, notario público residente en Utah. Desde su experiencia, Vásquez se mostró a favor de la medida y explicó los riesgos que enfrentan los migrantes al confiar en personas no autorizadas, además propone soluciones que podrían replicarse en otros estados para proteger a las comunidades hispano hablantes.
¿Cómo interpreta usted la nueva ley HB 915 aprobada en Florida respecto a los servicios migratorios que ofrecen los notarios?
Estoy a favor de esa ley que acaban de implementar en Florida, porque no es posible que se siga engañando a la gente migrante, haciéndose pasar por abogados o prometiendo ayudar a solucionar su estatus legal, cuando en Estados Unidos convertirse en notario es realmente fácil. Solo entras a la página del gobierno, aplicas, lees un libro, das un examen y, si lo apruebas, te conviertes en notario por cuatro años. Tiene un costo y cualquiera lo puede ejercer. Yo, que estoy en Utah, te aseguro que ese es el proceso. Al final del curso, te envían un certificado, y después pagas por tu sello y un cuaderno para tus operaciones notariales. Básicamente, la labor de un notario es ser testigo de que la persona que firma un documento es quien dice ser. Pueden firmar cualquier documento, y en Utah, solo es válido en este estado. Solo se debe pedir una identificación oficial o un pasaporte, y el documento debe tener validez en Utah. Cada estado tiene sus normas, pero me parece excelente que se implemente esta ley donde se obligue a los notarios a ser transparentes, dejando claro que solo cumplen el rol de testigos al firmar y sellar un documento, y no el de abogados ni asesores de migración.
¿Qué riesgos existen cuando notarios públicos sin licencia legal brindan asesoría migratoria?
Los riesgos son que la situación financiera de un inmigrante se vea comprometida, porque usualmente, para arreglar su estatus migratorio en los Estados Unidos, el pago es de aproximadamente 3,000 dólares, más el cargo que se le hace al asesor. Un abogado legítimo suele cobrar entre 4,000 y 8,000 dólares. Estas personas que se hacen pasar por ayudantes migratorios, notarios o incluso abogados, ponen en riesgo al migrante, no solo financieramente, sino también porque, al momento de enviar sus papeles al USCIS que es como una superintendencia de migraciones, podrían hacerlo de manera incorrecta. Cuando el USCIS reciba los documentos legales mal llenados, los devolverá, y ese es otro riesgo: perder el tiempo. Muchos no saben que, cuando uno contrata un abogado, este debe incluir en los documentos un anexo con su nombre completo y su número en el colegio de abogados. El riesgo número tres es que, con la situación migratoria actual, las redadas y deportaciones, estas prácticas ponen al migrante «en bandeja» para ser deportado por su condición de indocumentado. Otro riesgo es que, al contratar los servicios de estos supuestos ayudantes, migraciones podría considerar el caso como fraude. Las personas que los ayudan no conocen bien estos procesos, y el fraude es un delito en los Estados Unidos. Entonces, los riesgos principales para el migrante son: el riesgo financiero, el retraso en su situación migratoria, la posibilidad de ser deportado y la posibilidad de ser acusado de fraude sin saberlo.
¿Ha observado casos similares de abuso o mala práctica en Utah por parte de notarios que se hacen pasar por asesores legales?
Yo personalmente no he vivido una situación así, pero no pongo las manos al fuego por nadie. De hecho, siento que este tipo de situaciones existen. Lo que está pasando en Florida con fraudes y engaños también puede estar ocurriendo en cualquier parte de los Estados Unidos. Cuando me convertí en notario en Utah, fue básicamente para ofrecer servicios notariales en el banco en el que trabajo. Yo podría hacerlo de forma individual y lucrativa, pero como siempre me desenvuelvo en el banco y ahí no cobramos por esos servicios, no he tenido la oportunidad de involucrarme en casos de fraude. Sin embargo, con toda esta situación, no me extrañaría que efectivamente exista. De hecho, pienso que sí existe, sobre todo porque la comunidad latina es muy grande y seguramente hay varias personas engañando a la gente. El curso de notario cuesta alrededor de 150 dólares, así que cualquiera puede convertirse en notario. Por eso, creo que esta situación ocurre no solo en Florida, sino también aquí en Utah y en cualquier otro estado de los Estados Unidos.
¿Qué consecuencias puede tener para la comunidad migrante el confiar en personas no autorizadas?
Las consecuencias son que los deporten y que sean denunciados por fraude, como te comentaba anteriormente. No solo se van endeudados en Estados Unidos por pagar costos abismales por un servicio mal hecho con supuestos asesores migratorios, sino que también la denuncia puede llevarlos a la cárcel. Aquí, con la situación actual de migraciones, antes de que una persona sea deportada, muchas veces pasa por la cárcel. Así que no me extrañaría que no les tiemble la mano para encarcelarlos, con el fin de manchar su historial. Hay que recordar que toda persona que pasa por la cárcel genera antecedentes penales y policiales, y en un chequeo de antecedentes (“background check”) eso va a aparecer y la va a perjudicar, no solo aquí, sino en cualquier parte del mundo. Por eso, este tema es muy delicado.
¿Qué medidas se deberían implementar en estados como Utah para evitar fraudes similares?
Yo pienso que esta ley debería ser compartida y aplicada en todos los estados, el gobernador de Florida debería difundir lo que está sucediendo en su estado para que se tome conciencia y se esté alerta. Debería exigirse que aquellas personas que se hacen pasar por notarios y asesores migratorios coloquen en sus oficinas información clara sobre su función, y que sea obligación del notario educar al migrante o a cualquier persona, explicando qué poder tiene y cuál no. Se debe implementar una medida similar, colocando letreros visibles que indiquen que solo son notarios, no abogados ni especialistas en procesos migratorios, y mucho menos agentes del gobierno estadounidense. Considero también que, al terminar el examen, debería haber un juramento ante la corte en el que se comprometan a no usar su posición como notarios para ejercer otras profesiones.
¿Qué enseña el curso de notario en los Estados Unidos?
En el curso se enseña a qué puedes dedicarte y a qué no, pero yo agregaría que exista una cita en la corte o una entrevista donde el notario jure que solo ejercerá su rol y que educará a cada persona que ayude. Debería ser obligatorio que, antes de comenzar cualquier servicio, se le lea al cliente una carta en su idioma explicándole en qué consiste la labor del notario. Quizás el gobierno podría invertir en enviar folletos a las casas o hacer campañas en programas latinos para que la gente escuche y tome conciencia sobre la función específica de un notario. Porque ser notario aquí en Estados Unidos no es lo mismo que en Perú u otros países sudamericanos. Mucha gente sin educación no sabe esas grandes diferencias.
¿Cree que una ley como la HB 915 podría ser beneficiosa si se aplicara a nivel nacional? ¿Por qué?
Sí, como decía, va a ser beneficiosa porque, ahorita, la comunidad latina está en todos lados. Sin embargo, gran parte de esa comunidad está conformada por personas que apenas han podido culminar sus estudios primarios, que han cruzado la frontera llegando a este país sin educación, sin visa y trabajando desde lo más bajo. Entonces, yo pienso que sí va a ser beneficiosa por la gran cantidad de inmigrantes que necesitan ser educados sobre este tema, y estoy de acuerdo en que sería positiva implementarla en cada estado.
¿Qué recomendaciones les daría a los notarios que trabajan con comunidades hispanohablantes para evitar problemas legales?
Ser transparentes es fundamental. El latino, por cultura, a veces busca la viveza, y no siempre se actúa con honestidad o transparencia, porque son muy pocos los que realmente ayudan de corazón. Para aquellas personas que sí conocen claramente en qué consiste su labor como notarios, es importante que sean transparentes. Y para quienes no lo tienen claro, ojalá piensen en el ser humano más allá de lo material, ya que, por dinero, muchas veces actúan con egoísmo, perjudicando a su propio paisano o compatriota. Deben explicar cuál es su rol y no creerse especialistas cuando no lo son. También sería bueno que los clientes como ya ha ocurrido en Florida, donde ha habido denuncias se animen a exponer a quienes se hacen pasar por otro tipo de profesionales.
¿Qué alternativas legales y seguras tiene una persona migrante que necesita ayuda con trámites de inmigración?
Bueno, aquí en los Estados Unidos existen varios abogados que hablan español y pueden ayudar a la comunidad latina, solo que sí, es un poco costoso. Quizás, al ser costosos, la gente acude a personas que supuestamente son especialistas en migración o abogados, por un precio menor. Sin embargo, existen abogados hispanohablantes y otras alternativas seguras para realizar trámites migratorios. Por ejemplo, hay diversas casas de estudio que ofrecen la carrera de Derecho, y sus alumnos ejercen sus prácticas dando asesoría legal gratuita a migrantes. Aquí en Utah, cada tres meses se realiza una convocatoria para personas migrantes que deseen hacer consultas sobre migración. Estos eventos están dirigidos por estudiantes que están por terminar la carrera de abogacía o que se están especializando en temas migratorios. Es importante aclarar que este tipo de campañas son únicamente para responder preguntas de manera gratuita, no para prestar servicios. Una vez, cuando asistí como migrante, me hicieron llenar un formulario, disponible en español o inglés, donde se indicaba claramente que uno aceptaba hacer preguntas y recibir respuestas, pero que entendía que el estudiante no iba a prestarle ningún servicio ni lo iba a representar legalmente. Simplemente absuelven dudas.
¿Qué resaltarías de estas opciones para las personas migrantes?
Estas campañas existen, aunque mucha gente no lo sabe, pero, así como ocurre en Utah, me imagino que en otras partes de Estados Unidos también hay instituciones educativas que las ofrecen. Entonces, hay una alternativa de pago y una gratuita, aunque esta última eventualmente puede convertirse en una opción de pago si uno decide contratar un abogado que lo represente. Además, otra alternativa legal y segura es que el mismo USCIS, en su página web, ofrece documentos descargables con información detallada que permite a las personas llenar sus papeles de inmigración por cuenta propia. Incluso existen comunidades o abogados que ofrecen una primera consulta gratuita por teléfono. En resumen, hay muchos medios para recibir ayuda de forma segura y legal.
¿Cuál es el rol ético que debe asumir un notario ante la vulnerabilidad de muchas personas migrantes?
Lo que éticamente está bien es que se le explique a la persona, directamente y frente a ella, en qué consiste la profesión. Ser notario en los Estados Unidos significa convertirse en testigo de que una persona está firmando un documento y es quien dice ser, mostrando un documento de identidad. Nada más. Puede tratarse de cualquier tipo de documento, pero la persona debe estar presente y firmarlo personalmente. Eso es todo, literalmente. Obviamente, el documento debe tener el nombre correspondiente y cumplir con ciertas regulaciones. Pero el latino, en muchos casos, no es sincero y puede ser egoísta. Muchos dicen que “el peor enemigo de un latino es otro latino”, y con esta frase se resume una realidad: la amistad y la honestidad dentro de la comunidad latina a veces son difíciles de encontrar. Además, las personas deberían consultar con diferentes casas de abogacía, haciendo un estudio de mercado y no confiar en la primera persona que se les cruza diciendo que es especialista. La gente debe investigar, preguntar y obtener otras opiniones antes de tomar decisiones importantes.
¿qué mensaje le gustaría dar a la comunidad migrante respecto a cómo identificar servicios notariales confiables?
Mi recomendación es que usen la tecnología. Cada vez que encuentren un lugar donde quieran verificar si realmente ofrecen servicios legales o no, utilicen Google Maps. Al menos acá, en los Estados Unidos, es muy usado para leer los reviews de personas que ya se han atendido en ese lugar. El sitio se califica a través de estrellas, siendo 5 excelente, y de ahí va bajando la calificación hasta 0. Si el lugar al que han llegado tiene malas reseñas, quejas de la gente, o ni siquiera aparece en Google ni tiene registro como negocio, simplemente huyan. No se queden ahí y sigan buscando otras opciones. Es importante que hagan esa investigación. Incluso en la misma página de Migraciones existen pestañas donde recomiendan casas de ayuda para trámites migratorios y temas relacionados. Quizás ya las quitaron cuando entró Trump, ya que todo ha cambiado, y a veces hacen eso. Por eso, hay que verificar los licenciamientos y leer información vigente de los últimos seis meses. Además, deben aprender a hablar y leer, porque muchos latinos son muy flojos. Si realmente quieren estar informados, tienen que hacer lo que sea necesario para informarse. Otro mensaje que daría es que le pregunten directamente a los notarios cuál es su rol dentro del estado en el que se encuentran. Y cuando les ofrezcan un servicio, pidan un recibo y exijan que se les entregue todo el papeleo, incluyendo una hoja donde figure el nombre del notario y donde se responsabilice de cualquier cosa en la que esté mintiendo.
Por: Jean Cieza