El Inter de Miami conquistó la MLS Cup 2025 tras superar 3-1 al Vancouver Whitecaps, final dirigida por Javier Mascherano. El partido combinó emociones, estrategia y un desequilibrio claro: Miami dominó en posesión y ofensiva, mientras Vancouver intentó resistir con alma. La conducción de Mascherano se tradujo en intensidad colectiva; el triunfo confirmó que el proyecto dejó de ser promesa y hoy es realidad.
El duelo se definió con orden táctico. Un pase desde Messi bajó defensas y abrió espacios, y el equipo supo aprovechar cada resquicio defensivo del rival. El cierre celebró una coronación que marcó el fin de un ciclo y el inicio de otro, con un Inter que ya no depende solo del nombre, sino del grupo.
El 10, una vez más
Messi atravesó la temporada en un nivel al que pocos pueden aspirar. Fue protagonista absoluto en momentos decisivos, ofreció pausa y desequilibrio, combinó talento y visión de juego. Su presencia elevó al equipo enteró, dio soluciones en espacios cerrados y sostuvo la ofensiva cuando el partido pedía control.
En la final, sus asistencias sellaron la victoria. Su asociación con los ex-barcelonistas creó química en ataque y permitió que Miami desarrollara juego fluido. Su influencia barrió con la idea de un declive: Messi es el motor, faro y referencia.
Y el partido llevó otro condimento — una rivalidad renovada con Thomas Müller. La expectativa mediática fue intensa: dos viejos referentes con historia y estilos distintos listos para el choque. Aunque el foco se lo llevó Messi, la tensión extra le dio al duelo un sabor especial, como si se jugara algo que iba más allá del trofeo.

El futuro de la franquicia
El título bajo la batuta de Mascherano le da a Inter de Miami un nuevo aire. La apuesta por su cuerpo técnico demuestra que buscan continuidad, identidad y coherencia. La idea no es ganar hoy, sino construir para mañana. El club apunta a crecer, consolidarse y aspirar a más.
La salida de veteranos marca un punto final: lo que fue un experimento con figuras consagradas ahora da paso a un proceso con horizonte claro. Inter mira hacia adelante: refuerzos, estructura, juventud. El camino exige paciencia, pero los cimientos están firmes.

De: Rodrigo Huertas







