EN PELIGRO. Las construcciones en los cerros son las más vulnerables debido a su precariedad. Fuente: Andina
La autoconstrucción sin asesoría técnica se ha convertido en una práctica común que amenaza la seguridad de miles de personas.
Según un reporte del Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI), más del 70 % de las edificaciones en Lima Metropolitana han sido construidas de manera informal, muchas de ellas en zonas de alto riesgo sísmico.
La ingeniera civil Luz Marisol Andia explica que una construcción informal se caracteriza por la ausencia de licencias, el uso de materiales inadecuados, y la falta de estudios técnicos.
“En muchos casos, los trabajadores ni siquiera usan equipos de protección personal, exponiéndose a accidentes desde el inicio de la obra”, advierte.
Las construcciones informales son aquellas edificaciones que se levantan sin seguir los procedimientos técnicos y legales establecidos. Para la ingeniera civil Andia, estos casos suelen comenzar sin una licencia municipal de construcción, sin un estudio previo del suelo, ni un diseño estructural elaborado por profesionales.
Además, durante la ejecución de la obra, es común observar que los obreros no cuentan con equipos de protección personal (EPP), lo que también pone en riesgo su integridad física.
Estas irregularidades no solo afectan la seguridad durante la obra, sino que también debilitan gravemente la resistencia estructural de la edificación.
“Al no tener planos con todas las especialidades ni un diseño estructural adecuado, lo más probable es que los elementos principales —como vigas, columnas y placas— fallen ante un sismo de magnitud moderada o fuerte”, señala Andia.
Este tipo de fallas podría ocasionar el colapso total del inmueble, con consecuencias fatales.
Pero, ¿por qué tantas personas en el Perú optan por construir sin asesoría profesional ni permisos?, para Andia, tiene una razón económica.
“Muchos ciudadanos desean evitar gastos relacionados con la elaboración de planos, estudios de suelos y licencias municipales. Además, muchas veces no quieren cumplir con los parámetros establecidos por las normas urbanísticas”, afirma.
A este problema se suma la falta de fiscalización. De acuerdo con un informe del Colegio de Ingenieros del Perú (2022), más del 60 % de los municipios distritales carecen de personal especializado para supervisar obras, lo que facilita la proliferación de edificaciones informales sin control ni sanción.
Esto resulta especialmente preocupante en zonas de alta sismicidad como la capital y regiones como Arequipa, Ica y Piura.
Frente a esta perspectiva, la figura del ingeniero civil cobra importancia, el profesional no solo diseña los planos técnicos de una vivienda, sino que también supervisa la ejecución correcta de cada etapa del proceso constructivo.
“El ingeniero se encarga de verificar que los trabajadores construyan tal como lo indican los planos y según las especificaciones de cada especialidad. Su presencia garantiza que la edificación sea segura y cumpla con la normativa vigente”, explica Andia.
Respecto a si el país está haciendo lo suficiente para reducir el riesgo de desastres, la ingeniera es clara:
“No. Falta mucha más concientización sobre la importancia de la formalidad en la construcción civil. Aún se ve a diario cómo se levantan casas y edificios sin ningún control”.
En ese sentido, considera urgente fortalecer las campañas de sensibilización y los programas de fiscalización municipal, especialmente en zonas urbanas vulnerables y de crecimiento acelerado.
Andia concluyó sobre la ciudadanía: “No se trata solo de construir una vivienda, sino de construirla bien. La vida de una familia no puede depender de una pared mal hecha”.