Desde su nombramiento al frente del Banco Central de Reserva del Perú en 2006, Julio Velarde ha dirigido la política monetaria con un alto perfil técnico y estabilidad institucional.
Con casi 20 años en el cargo, su mandato culmina en 2026, y la pregunta que ronda a los mercados es: ¿Quién puede continuar con ese legado?
Durante estos años, el sol peruano se ha convertido en una de las divisas más fuertes de la región. Un buen indicador de esa estabilidad ha sido la inflación: Perú ha mantenido niveles bajos en comparación con otros países emergentes latinoamericanos.
Por ejemplo, en muchas etapas, la inflación anual se ubicó entre 1,5 % y 3 %, cifras similares a las de naciones con economías más consolidadas.
Este éxito no es casual. Detrás está un equipo técnico robusto en el BCRP, liderado por Velarde y el directorio, que decide la tasa de interés de referencia y designa los gerentes clave en la institución.
Su autoridad académica y trayectoria han fortalecido su capacidad de conducción, de modo que no es común que las decisiones del Banco Central sean cuestionadas por actores políticos como congresistas o ministros.
Velarde ha sido reconocido internacionalmente: en 2015, fue considerado el mejor banquero central del mundo, y en 2020, el mejor de América Latina. Estas distinciones no solo son simbólicas, también refuerzan su reputación ante inversionistas globales.
Pero hay un factor que añade complejidad: su edad (superior a 70 años) y su propia admisión pública de que ha llegado el momento de pensar en sucesores.
Para Ian Carrasco, especialista en política fiscal, la transición debe manejarse con sumo cuidado:
“Si el próximo presidente del Banco Central no tiene la misma calidad técnica que Julio Velarde, podría generarse incertidumbre sobre el manejo de la política monetaria del país.”
Para Carrasco, el prestigio del BCRP bajo Velarde ha sido posible gracias a esa credibilidad técnica. Pero si esa confianza se pierde tras su salida, los mercados podrían reaccionar con dudas.
En su opinión, es fundamental que quien reemplace a Velarde tenga una hoja de vida impecable, respaldada por capacidad técnica y reconocimiento profesional.
Por su parte, el economista Juan Carlos Odar también resalta la importancia de la credibilidad institucional:
“En un banco central, su mayor activo es ser creíble, y Julio Velarde ha logrado una credibilidad tal que, independientemente de los gobiernos, el Perú ha mantenido un buen manejo monetario.”
Odar subraya que esta confianza permitió que el BCRP opere con autonomía incluso frente a gobiernos con agendas distintas. En su análisis, esa independencia ha sido un factor esencial para que la política monetaria no sucumba ante presiones partidarias.
Sin embargo; no todo está asegurado. Carrasco advierte que un riesgo latente es el contexto electoral. Si un candidato radical o con propuestas económicas intervencionistas gana terreno, podría generar presiones abruptas sobre el tipo de cambio.
A esto se suma la posibilidad de choques externos, como un debilitamiento del dólar o fenómenos climáticos que afecten la oferta.
El reto para el Perú es doble: sostener el sol y, al mismo tiempo, demostrar que el BCRP es una institución más allá de la figura de Velarde.
Como apunta Odar, la transición será una prueba de si la estabilidad está ligada a la persona o a la fortaleza institucional construida en estos años.
Por: Angel Chicasaca