Contexto del proyecto
Anunciado por primera vez el 28 de julio del 2018 por el expresidente Martín Vizcarra a través del Mensaje a la Nación, 7 años después el titular de la MTC, Raúl Pérez Reyes, anunció que la construcción iniciará en el primer semestre del 2026. Recordar que fue presentado como parte de una iniciativa que buscaba mejorar la conectividad entre Lima y las regiones del sur.
Cuenta con una inversión estimada de 6.500 millones de dólares, un total de 15 estaciones, que iniciará en Villa El Salvador y culminará en Ica, atravesando 4 provincias de Lima, con el objetivo de optimizar la movilidad entre regiones.
Se calcula la cantidad de 40.000 pasajeros diarios, la velocidad máxima de hasta 200 km/h, el transporte de pasajeros y carga (productos agrícolas e industriales) y se proyecta que utilice un sistema eléctrico.
Cronología
En 2019 se firmó un contrato de S/ 42 millones con el consorcio Tren Lima-Ica para la elaboración del estudio de preinversión, teniendo un plazo de 270 días.
En 2023, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) aprobó el perfil técnico reforzado del proyecto, dando luz verde a la fase de estructuración financiera y convocatoria a licitación.
En 2024, el MTC informó que se concluyeron los estudios de perfil del proyecto, y en noviembre del mismo año se presentó el proyecto a 14 embajadas, destacando la inversión de 6.5 mil millones de dólares y beneficiando a 6 millones de personas.
A continuación, una línea de tiempo elaborado por Diario La Otra Cara.
¿Cómo se financia y entre quiénes?
Este proyecto será financiado mediante el mecanismo de una Asociación Pública-Privada (APP) cofinanciada, esto significa que el Estado e inversionistas privados asumirán partes complementarias del financiamiento y gestión del proyecto.
Pero ¿qué implica una APP cofinanciada?
La APP cofinanciada implica que el sector privado diseña, financia, construye, opera y mantiene el proyecto, mientras que el Estado peruano aporta recursos económicos públicos como aportes iniciales, subsidios a la inversión, garantías, entre otros.
¿A qué riesgos se enfrenta?
Una obra de gran envergadura enfrenta grandes problemas que pueden afectar su desarrollo y operación, a continuación veremos algunas posibilidades.
Riesgos técnicos y de construcción: La ruta del Ferrocarril incluye 44 km de túneles y 50 km de puentes, además de viaductos elevados, incrementando así la complejidad técnica y posibilidad de sobrecostos. Además la posibilidad de hallar restos arqueológicos puede detener el avance hasta que se realicen las evaluaciones correspondientes.
Riesgos financieros: Se pueden presentar ciertas dificultades para asegurar la inversión privada necesaria que podrían retrasar o paralizar el proyecto, también si el número de usuarios es menor al estimado, los ingresos no serían suficientes para cubrir los costos operativos y de mantenimiento.
Riesgos políticos: Nuevos gobiernos podrían modificar o cancelar compromisos previos, afectando así la continuidad del proyecto, también algunas renegociaciones pueden terminar siendo desfavorables para una de las partes (Estado o inversionistas privados), generando conflictos y posibles paralizaciones.
Riesgos sociales: Con las recientes marchas en contra del Gobierno y paralizaciones contra el país, ciertas comunidades podrían oponerse a esta obra por diversas razones, lo que podría derivar en protestas o bloqueos.
Entonces…
El Ferrocarril Lima-Ica se perfila como una de las infraestructuras más ambiciosas del país, y como un proyecto grande se enfrenta a desafíos técnicos, financieros y laborales. Su implementación no solo prometer mejorar la conectividad entre Lima y el sur chico, sino también lograr una gran activación en el turismo y la economía regional.
La clave está en lograr una ejecución transparente y técnicamente sólida, pues el Perú se encuentra frente a una oportunidad histórica, convertir estos rieles en un camino hacia un desarrollo nacional real.