Kimberlit Maricielo Tapia Ortiz, de 28 años, fue asesinada violentamente en Cieneguilla, causando gran alarma en la sociedad peruana. Su cuerpo apareció en un condominio campestre, diez días después de ser reportada como desaparecida, con signos de tortura.
Los trabajadores del lugar informaron a las autoridades al percibir un fuerte olor, iniciando así la investigación. Joshua Huamán Jerez, su pareja, fue identificado como el principal sospechoso y confesó el crimen, alegando que una ‘voz en su mente’ lo llevó a cometerlo.
La relación entre Maricielo y Joshua, que comenzó en redes sociales, avanzó hasta encuentros presenciales, hasta que él la invitó a pasar un fin de semana en su condominio. Lo que prometía ser una escapada romántica terminó en tragedia. Huamán había planeado el crimen y llevo consigo herramientas para limpiar la escena. Las investigaciones revelaron el uso de luminol para identificar manchas de sangre que el agresor intentó eliminar.
Este crimen ocurre en un contexto alarmante para la situación de las mujeres en Perú. Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), hasta julio de este año se han reportado 118 intentos de feminicidio. La mayor parte de estos delitos (50,8%) fueron perpetrados por parejas actuales de las víctimas, mientras que cerca del 20% de los agresores fueron exparejas.
Fuente: MIMP
Lima encabeza la lista de regiones con más feminicidios, con 34 casos, seguida por Cusco (11), Cajamarca (8) e Ica (8). Las cifras reflejan una crisis de violencia de género que afecta a numerosas mujeres en el país, destaca la urgente necesidad de políticas efectivas para protegerlas y erradicar esta problemática.
Este trágico caso es solo uno de muchos que evidencian la violencia hacia la mujer en Perú. Según la Defensoría del Pueblo, en el último reporte se registraron más de 89 feminicidios perpetrados, de los cuales 28 fueron clasificados como muertes violentas. En julio hubo 13 asesinatos, y una de las víctimas había sido declarada como desaparecida previamente.
Además, la Defensoría del Pueblo ha informado sobre el aumento en los casos de mujeres desaparecidas. Entre enero y julio de 2024, se reportaron 3.788 notas de alerta de mujeres desaparecidas, un incremento del 13% respecto al mismo periodo de 2023. De estas alertas, el 64% corresponde a niñas y adolescentes, mientras que el 36% son adultos.
Urge una Respuesta Colectiva y Efectiva
Ana Claudia Martínez, activista del Voluntariado Aurora, se pronunció sobre el aumento de feminicidios y desapariciones de mujeres en Perú.
“Es inaceptable que en un país donde la vida de las mujeres debería ser valorada y protegida, se vea un incremento en los casos de feminicidio y desapariciones. La tragedia de Kimberlit Maricielo Tapia Ortiz es solo un ejemplo más de un problema que ha alcanzado niveles de alarma”, agregó el activista con evidente preocupación.
“No podemos seguir tolerando la indiferencia. La sociedad debe unirse para erradicar esta violencia que nos afecta a todas y todos», enfatizó. Consideró crucial implementar la Ley N° 30364, que establece medidas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar. “Sin un marco legal sólido y autoridades competentes, las iniciativas no serán suficientes. Necesitamos un compromiso real del Estado para garantizar la seguridad de todas”, concluyó, subrayando la urgencia de una respuesta colectiva frente a esta crisis.
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Fuente: Voluntariado Aurora UNFV
Más Allá de las Estadísticas
El feminicidio es una de las expresiones más extremas de la violencia de género en Perú, y sus cifras alarmantes reflejan la magnitud del problema. En una reciente entrevista con Miguel Ángel Vilches Rodríguez, psicólogo experto en temas de violencia de género, se profundizó en las causas, el contexto y las posibles soluciones para este flagelo.
Según Vilches, el machismo profundamente arraigado en la sociedad peruana contribuye significativamente a la violencia contra las mujeres. El feminicidio, entendido como el asesinato de una mujer por razones de género, suele ser el punto culminante de una escalada de violencia que muchas veces comienza con agresiones verbales o psicológicas, y se agrava hasta llegar a la violencia física.
Uno de los principales problemas identificados es la normalización de la violencia en las relaciones de pareja y en los entornos familiares, lo cual lleva a que muchas mujeres no denuncien las agresiones en las primeras etapas. El experto subraya la importancia de romper el ciclo de silencio: «El miedo y la dependencia económica o emocional juegan un papel crucial en que las víctimas no se sientan capaces de salir de estas situaciones peligrosas.»
En cuanto a las estadísticas, los feminicidios han seguido una tendencia alarmante en los últimos años. A pesar de los esfuerzos legislativos y campañas de sensibilización, la impunidad sigue siendo un gran obstáculo. Vilches hace un llamado a la sociedad en su conjunto: la educación es clave para combatir el feminicidio. «Debemos comenzar a educar desde la infancia sobre el respeto y la igualdad de género, y hacer un esfuerzo colectivo para cambiar las actitudes que perpetúan la violencia», concluye.
Fuente: ATV Noticias
Por: Milagros Calvay Laynes