El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI) informó a través de un comunicado vía Twitter el hallazgo de un recluso fallecido y la fuga de otros 48 durante un episodio convulso en el penal.
Este incidente es parte de un patrón más amplio de violencia y caos que ha plagado las cárceles de Ecuador, generando serias preocupaciones sobre la seguridad y el control dentro de estas instalaciones.
Según medios ecuatorianos, la situación en la prisión de Esmeraldas se intensificó durante una intervención policial y militar destinada a recuperar el control de los reclusos amotinados.
A pesar de los esfuerzos de más de mil militares y policías, 48 reclusos lograron escapar y uno fue encontrado muerto.
Este incidente refleja los graves desafíos que enfrentan las autoridades ecuatorianas para mantener el orden en las cárceles, que se han convertido en focos de violencia y desorden. La respuesta del SNAI condujo a la recaptura de cinco fugitivos, pero la situación sigue siendo tensa mientras continúan los esfuerzos para localizar a los prófugos restantes.
Ecuador: Violencia generalizada y respuesta gubernamental
La crisis en las cárceles de Ecuador no se limita a Esmeraldas. La semana pasada, los reclusos tomaron siete prisiones en todo el país y detuvieron a más de 200 guardias y funcionarios penitenciarios.
La violencia se extendió a las calles y provocó explosiones, incendios, robos y asaltos. La declaración del presidente Daniel Noboa de un “estado de excepción” de 60 días y el reconocimiento de un “conflicto armado interno” subraya la gravedad de la crisis.
La cárcel de Riobamba fue testigo de un hecho similar, donde fugaron 32 reclusos, entre ellos un notorio líder de una pandilla. Estos acontecimientos son parte de una espiral más amplia de violencia que ha provocado la muerte de más de 450 presos desde 2020 debido a conflictos entre bandas rivales.
Si bien la intensidad de la violencia ha disminuido un poco, una calma tensa invade Ecuador debido al temor de nuevas acciones violentas. Las fuerzas del orden continúan patrullando las calles y manteniendo operativos en las cárceles bajo el declarado “estado de excepción” y “conflicto armado interno”.
El ‘Plan Fénix‘ ejecutado por el gobierno ecuatoriano tiene como objetivo recuperar el control de las prisiones, muchas de ellas dominadas por bandas del crimen organizado.
Sin embargo, la situación sigue siendo precaria y los recientes acontecimientos en la prisión de Esmeraldas sirven como un crudo recordatorio de los desafíos que enfrenta el restablecimiento del orden y la seguridad en el problemático sistema penitenciario de Ecuador.
Casi 1.105 personas han sido detenidas
En el comunicado, además, se ha informado la liberación de ocho policías, otros dos han fallecido y las infraestructuras policiales han sufrido ocho atentados.
Sobre las incautaciones, se retuvo 413 de armas de fuego, 224 de armas blancas, 338 explosivos y 8.709 municiones. Se consiguió también la recuperación de 324 vehículos, 160 motocicletas y 1.035 galones de combustible.
«En otro frente, el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) reportó la liberación de 24 agentes penitenciarios y 17 funcionarios administrativos, que se encontraban previamente retenidos por Personas Privadas de Libertad (PPL) en diversas cárceles del país», precisa el comunicado.
El mismo termina asegurando que «estos esfuerzos estatales, junto con el respaldo ciudadano, reflejan el compromiso inquebrantable por recuperar la seguridad nacional, pues las acciones emprendidas hoy no solo enfrentan los desafíos presentes, sino que también establecen las bases para forjar un nuevo Ecuador».
Desde el pasado 8 de enero, Ecuador vive una crisis de seguridad en la que en principio hubo 170 personas secuestradas en siete centros penitenciarios del país y que ha obligado a su presidente, Daniel Noboa, a declarar un estado de excepción por la existencia de un ‘conflicto armado interno’.
