Óvalo Huarochirí con carteles de propaganda electoral
Contaminación visual. Propaganda electoral llena las calles con carteles.

El compromiso ambiental que los candidatos promueven no parece materializarse durante el proceso electoral. Calles inundadas de propaganda atentan contra la seguridad ciudadana.

Por: Edith Vera

Las campañas electorales permiten a los candidatos presentarse y promover sus ideas políticas. Sin embargo, los medios de difusión masivos que utilizan para promocionarse perjudican al medioambiente, además de ser un gasto innecesario para el Estado.

La mayoría de estos anuncios los encontramos en afiches colocados en postes de alumbrado público, folletos repartidos por gente del partido y carteles gigantes repartidos por las diferentes calles, óvalos y carreteras de la ciudad. También podemos observar vehículos decorados con propaganda electoral y equipados con un megáfono promoviendo el voto electoral hacia cierto candidato.

Todo ello trae consecuencias negativas al medioambiente. En primer lugar, el uso excesivo de polímeros que se encuentran en el plástico, papel y tinta que utilizan para la promoción electoral. Este material tarda en degradarse en un mínimo de 450 años según un informe de National Geographic.

Por otro lado, los afiches ubicados en postes eléctricos, además de no siempre tener permiso de la entidad pública para la utilización de estos, representan un riesgo tanto para el personal que lo coloca como para cualquier transeúnte.

Un equipo de campaña electoral de Acción Popular comenta que únicamente les entregan el material de campaña y les ordenan que lo coloquen en todos los lugares visibles que puedan. Muchos de ellos acceden sin tener conocimiento del Código Nacional de Electricidad, el cual se encarga de salvaguardar a las personas de las instalaciones eléctricas presentes.

También desconocen que, una vez terminada la campaña electoral, los miembros de los diferentes partidos políticos deben retirar toda la propaganda en un período de 60 días bajo pena de multa, según el artículo 193 de la Ley Nº26859 sobre la propaganda electoral.

Esta problemática se visibilizó cuando Yessica Clavijo, directora de Fiscalización del JNE, declaró en El Peruano que ningún partido había pagado la multa correspondiente en las últimas elecciones.

Propaganda eletoral rodea el óvalo Huarochirí
Carteles rodean el óvalo de Huarochirí entre La Molina y Ate. Foto: Edith Vera

Otro tipo de consecuencia medioambiental llega con la contaminación lumínica provocada por los paneles que utilizan luces artificiales, así como las LED. Estas dañan no solo la susceptibilidad de los transeúntes y conductores que la ven, también a animales silvestres como las aves que vuelan por la noche.

Tanto los paneles iluminados como los no iluminados, obstruyen la visibilidad en las vías de transporte considerando que, en ciertos espacios, son colocados de forma masiva tapando algunas señales de tránsito. Además, algunos son hechos con materiales frágiles que, con el pasar del tiempo, se deterioran y pueden ocasionar terribles accidentes.

Este atentado contra el ornato público visibiliza el poco compromiso que realmente tuvieron los candidatos regionales y municipales con el medioambiente y la seguridad ciudadana. El Perú no tiene normas que regulen la contaminación visual o lumínica, ¿qué harán ahora desde los municipios para tomar medidas al respecto?

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